Foto: Mercedes Malavé
Los Que
Mueven El Mundo
Con
Rogelio Guevara Cantillo
@rogeliogcmundo
Mujer venezolana comprometida
con la democracia. Mercedes Malavé es coordinadora nacional de Unión y Progreso
y anterior presidenta del partido Copei, que a raíz de un controversial fallo
judicial del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) presto permanentemente a las
órdenes del régimen de Nicolás Maduro destituyó a su directiva. Miembro del equipo
del centro de políticas públicas, IFEDEC, institución que promueve y forma líderes
políticos, sociales, empresariales, gremiales, sindicales, estudiantiles y
comunitarios. Comunicadora social mención periodismo por la Universidad Católica
Andrés Bello y Doctora en comunicaciones institucionales por la Universidad Pontificia
de la Santa Cruz en Roma, Italia. Actualmente es profesora en la Universidad Monteávila
en Caracas, Venezuela.
Mercedes Malavé considera que la
abstención es un proyecto de Nicolás Maduro. En su opinión “Él la necesita
porque le da oxígeno. Por eso, muestra que él tiene una fuerza invencible y no
vale la pena votar”. Así mismo considera que, si bien las protestas en
Venezuela por servicios básicos y condiciones ciudadanas han aumentado en
cantidad, no lo han hecho en conducción política. Es defensora acérrima del
voto como mecanismo civilizado de la salida a la crisis venezolana que padece
el país responsabilidad del régimen de Nicolás Maduro. En este sentido, nos
recuerda las luchas por recuperar la democracia en Chile y relata que, en el año
de 1988, un proceso electoral conocido como el “plebiscito” terminó con la
dictadura militar de Augusto Pinochet. En ese momento histórico, los factores
de la oposición se agruparon bajo la consigna del “no” con una participación
nacional de un 97,52%.
LQMEM: ¿Por qué votar en una
Venezuela donde Nicolás Maduro controla las instituciones para sus fines y en
especial los electorales?
MM: Precisamente por esas
razones que mencionas. El proyecto hegemónico de la revolución bolivariana
debemos enfrentarlo con participación y movilización ciudadana. Cada proceso
electoral, independientemente del órgano que las convoque y supervise, ofrece a
los ciudadanos la ocasión y el momento de expresar su rechazo al sistema
opresor de libertades civiles, democráticas y económicas a que estamos
sometidos los venezolanos. Suelo poner el ejemplo de las marchas: nadie dejaría
de ir a una protesta por el hecho de que VTV no la va a transmitir. Si la
marcha es multitudinaria, si la votación es una avalancha en contra del
régimen, eso será vox populi independientemente de lo que diga el
oficialismo. La abstención no conduce a eso, sino a la extinción del capital
político de las fuerzas democráticas y, peor aún, a la pérdida de la cultura
democrática del pueblo de Venezuela que aprendió hace muchos años que el voto
es el instrumento de lucha y de cambio político. En contextos dictatoriales,
las elecciones se presentan como ocasiones de evidenciar a una ciudadanía
descontenta pero dispuesta a dar la pelea en el terreno que queremos conquistar
que es precisamente el que ahora está privado de libertad. Se trata de una
campaña de valientes y patriotas venezolanos que nos negamos a convertir a
Venezuela en otra Cuba. Las condiciones no vendrán hasta que las conquistemos,
y nuestra propuesta es que la lucha debe ser pacífica y constitucional por
razones hasta pragmáticas: las amenazas de invasión y de intervención
extranjera son una quimera, nos sustraen de la lucha real y a veces hasta creo
que alimentan la narrativa revolucionaria y vetusta del chavismo.
LQMEM: ¿Qué significa ser agente de cambio y
quienes deben ser agentes de cambio?
MM: Creo que los verdaderos
agentes de cambio en la Venezuela de hoy son aquéllos que ofrecen una
alternativa de signo radicalmente distinto al odio, a la violencia, a la
división de los venezolanos y al grupismo sectario. Ser agente de cambio exige
salir de una dinámica perversa de dos grupos que se retroalimentan a partir de
un discurso engañoso que es confrontativo en las formas, pero idéntico en el
fondo y en su modo de denigrar la política. Ser agente de cambio exige ser
inclusivos y abiertos; en tener como prioridad a la persona humana y su
dignidad, a esos millones de seres humanos que están padeciendo males
inenarrables producto de una dinámica política en la que las prioridades son o
la permanencia de una revolución sin pueblo, o la venganza de un grupo
resentido y lleno de odio, producto de tantos años de violaciones a sus
derechos políticos, pero que hoy no parece tener nada nuevo que ofrecer aparte
de garantías de venganza y represalias.
LQMEM: ¿Como se combate una dictadura dentro de Venezuela?
MM: Afortunadamente la
experiencia histórica, dentro y fuera de Venezuela, nos demarca claramente el camino,
aunque no por eso el recorrido es automático. Debemos emprender el camino de la
organización social, de la cultura democrática, de recuperar la autoestima
nacional. Volver a confiar en nosotros mismos, en nuestra capacidad de generar
cambios políticos y democráticos. Durante los últimos años, la ciudadanía
venezolana ha estado sometida a un permanente saboteo psicológico expresado en
síntesis panfletarias como “solos no podemos” o “somos víctimas del imperio”.
Un status quo pretende eternizarse a base de desmovilizar ideológica,
anímica y fisiológicamente a la población. El hambre es una forma de
sometimiento. A todo esto, estamos expuestos, pero los venezolanos somos
resilientes y rebeldes. Creo que superaremos esta dictadura y espero de todo
corazón que sea con más paz y menos violencia.
LQMEM: ¿Por qué se perdió la democracia en Venezuela?
MM: Es una pregunta compleja que
merecería una larga respuesta. Paso a enumerar algunos motivos: deterioro
económico basado en el colapso y vicios del rentismo petrolero, crisis
institucional del poder público y del sistema de partidos, instalación de la
anti-política, abstención e irrupción de un líder carismático y populista.
"El hambre es una forma de sometimiento. A todo esto, estamos expuestos, pero los venezolanos somos resilientes y rebeldes. Creo que superaremos esta dictadura y espero de todo corazón que sea con más paz y menos violencia".
Mercedes Malavé
LQMEM: ¿Que son las “etiquetas” políticas y cómo los políticos pueden defenderse o explicar a la sociedad en realidad que son?
MM: Las etiquetas son valores
mentales y políticas a priori que
se usan para categorizar a las personas según su manera de pensar. Terminan
siendo más poderosas que el discurso mismo y las propuestas concretas de los
políticos. Reducen el pensamiento y las acciones de un político a tres o cuatro
categorías rígidas, como si las personas estuviésemos cortadas en serie. Creo
que las etiquetas forman parte de la superficialidad, de la banalidad política
y del afán de entretener de la realidad con mentalidad binaria: blanco-negro,
izquierda-derecha, bueno-malo, todo-nada, conmigo-contra mí. A mi modo de ver,
funcionan bajo concepciones propagandísticas de entretenimiento a partir de la
polémica.
LQMEM: ¿Qué fortalezas
ve en la juventud venezolana en una época tan difícil para ellos para lograr
sus sueños de jóvenes?
MM: Aunque parezca
paradójico lo que voy a decir, el mismo sufrimiento puede ser un trampolín para
el progreso de los jóvenes. La gente joven tiene, por lo general, una fuerte
sensibilidad: captan las necesidades, son sensibles al amor, a la libertad a la
verdad, a esos valores que hacen grandes a los hombres y a los pueblos. Los
últimos Papas han insistido mucho en el potencial de los jóvenes para combatir
el mal y promover un mundo más humano y solidario siempre y cuando sean
personas de ideales grandes.
LQMEM: ¿Hacen falta
más mujeres en la política de Venezuela?
MM: Sí, desde luego. Las mujeres
somos más altruistas y desprendidas, menos despilfarradoras. Somos más
propensas a centrarnos en las personas y no en las cosas. Sin duda, somos mucho
más sensibles al bien común, huimos de las situaciones violentas, simple y
llanamente porque en ese terreno no podemos combatir con los hombres. Las
mujeres como agentes de paz y como vasos comunicantes de una agenda social
fundada en la dignificación de la persona humana, son a mi modo de ver los
pilares de la reconstrucción nacional.
Mercedes Malavé
LQMEM: ¿Qué opina sobre la opacidad en la aprobación por parte de la ANC de la Ley Antibloqueo?
MM: Digo sin temor a exagerar
que la ley anti-bloqueo consolida el proyecto anti-igualdad y anti- estado de
derecho de Nicolás Maduro. Es un exabrupto y una aberración: la consolidación
de un proyecto hegemónico que consiste en convertir a Venezuela en una especie
de emirato latinoamericano dirigido por un grupito que se creen los dueños de
la riqueza territorial.
LQMEM: ¿Qué logros ha tenido el IFEDEC en este año 2020 tan
complejo para la sociedad en medio de las adversidades por el COVID-19 y una
dictadura como la que padece el país y que nos traerán en el año 2021?
MM: Desde el IFEDEC hemos
alentado e impulsado un movimiento político de raíces demócrata cristianas,
pero de naturaleza ecuménica, dialógica e inclusiva. Se trata de Unión y
Progreso. Un movimiento que nació a partir del próximo evento electoral, pero
que tiende a su consolidación en el mediano plazo, con la incorporación de
muchos líderes sociales de múltiples sectores, de otros movimientos y banderas
políticas. Nuestro denominador común es la preocupación por el bien común
(valga la redundancia), por la gente y por la democracia.
Los Que Mueven El Mundo
Rogelio Guevara Cantillo
@rogeliogcmundo
Caracas, octubre de 2020.
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