Por Rogelio Guevara Cantillo
El Pitazo – Premios Ortega & Gasset
y Gabo
Marzo de 2020
China estornudó y el mundo se enfermó. La pandemia de coronavirus del
COVID-19 no solo enfermó a los humanos, también contagió a la economía global. Ya es habitual hoy en día leer en
los medios de comunicación y redes sociales las palabras “recesión económica”.
¿Qué es una recesión económica? Es la caída de la actividad económica al menos
por dos trimestres consecutivos que se ve reflejada en el descenso del producto
interno bruto de un país. Esta recesión económica nos afectara a todos,
recordemos que China y los Estados Unidos, uno es la “fábrica del mundo” y
mayor exportador del planeta y el otro el país el de mayor consumo y muchos de
esos bienes y servicios provienen del gigante asiático. Esta recesión
económica está haciendo que más de un país y en particular de Latinoamérica
toquen la puerta del Fondo Monetario Internacional (FMI) para defenderse del
COVID-19.
Bolsas de valores como el Dow Jones, Nasdaq, S&P 500 o FTSE 100 de
Londres por citar solo algunas, cerraron el año pasado en valores de 28.538,44;
8.972,60; 3.230,78 y 7.542,40, al cierre del 20 de marzo de 2020 estaban
cotizando en 19.173,98; 7.150,58; 2.304,92 y 5.190,80 respectivamente. Caídas
que suman en promedio un 30% del valor de esos índices en cuestión de menos de
3 meses.
El petróleo no escapa de esta adversidad. El mismo se cotiza alrededor
de los $20 y con tendencia bajista. Ya muchos inversionistas dan por perdido
el primer semestre de 2020 por la recesión COVID-19. Entre las principales
industrias que se debilitan en las recesiones económicas están el turismo,
entretenimiento, automotriz, agencias de viajes, aviación, deportes, moda,
publicidad, tecnología, espectáculos entre otros.
Al impacto económico de la pandemia se une el efecto de cierre completo
del tráfico aéreo, que es la movilidad obviamente de personas y de bienes
económicos. Con esta caída de la movilidad humana y logística y cadena de
suministros, se caen muchos acuerdos y reuniones de negocios que perturban la
economía global. El desempeño de las economías dependerá de la rapidez y
eficacia en la contención y tratamiento del coronavirus, estamos en los días
claves. En los actuales momentos pareciera que la situación se escapa de las
manos de la administración Trump. La ciudad de Nueva York es la que presenta
los mayores casos de multiplicación del COVID-19 en ese país.
En días pasados el economista de talla mundial, Nouriel Roubini realizó unos
análisis sobre la situación de la economía de los Estados Unidos y el COVID-19
y de los días por venir. En este sentido reflexionó que la mitad de los
estadounidenses trabajan sin un contrato formal y no pueden calificar para
beneficios de desempleo. Estados Unidos es una gran economía a tiempo
parcial, de contratistas y freelancers.
Así
mismo el añade que más de la mitad de los estadounidenses son trabajadores,
parcialmente empleados, contratistas, independientes, por hora u obra
determinada, informales y en especial indocumentados (sobre todo de
Latinoamérica) y que un alto porcentaje de las empresas de los Estados unidos
constan de al menos 10 trabajadores o menos. Muchos de ellos, un alto
porcentaje de la población económicamente activa está en estos momentos en
“cero ingresos” en las próximas semanas. Muchas de estas empresas que los
contratan, carecen de fortaleza de liquidez, lo que ocasionara graves problemas
y distorsiones en la economía para los próximos 2 a 3 meses futuros. Roubini
prevé un repunte en las tasas de desempleo producto de la crisis económica que
aceleró el COVID-19.
Por
su parte, Daniel Lacalle, destacado economista de España y autor de obras como:
“La Gran Trampa”, “Nosotros Los Mercados” o “Viaje a la Libertad Económica” en
sus ideas considera que: “El inversor prudente debe evitar caer en la trampa de
los grandes estímulos y pensar que van a ser efectivos, por dos razones: porque
llevamos más de una década de saturación de estímulos y porque el retorno
disminuyente de las políticas de demanda es evidente, tanto que los mensajes,
cuanto más grandilocuentes y efectistas, dan al inversor una imagen de
debilidad, no de fortaleza, como hemos visto. Un shock vírico que probablemente
lleve a un cambio estructural en el comercio, transporte y relaciones
bilaterales de largo plazo, no se soluciona con políticas de demanda. No es un
problema de avales y liquidez, y mucho menos de gasto corriente, sino de
impacto global en las cadenas de suministro.”
Leyendo
los análisis de Ian Bremmer, pensador de la geopolítica sobre la actual crisis
opina: “Las instituciones mismas no están cada vez más alineadas con el orden
geopolítico, por lo que no pueden responder de manera muy efectiva. Esta es la
recesión geopolítica, un ciclo de quiebra en el orden geopolítico: las
instituciones no están alineadas con el equilibrio geopolítico. Porque las
alianzas y las relaciones entre países se centran cada vez más no en la
coordinación, sino en lo que necesitan para sus propios intereses nacionales.
Cada nación por sí misma. Y también, dentro de las democracias de todo el
mundo, tanto las democracias industriales avanzadas como las democracias de los
mercados emergentes, cada vez tienes más polarización política, culpas y una
sensación de que el sistema y su establecimiento están manipulados contra el
ciudadano promedio.”
Entre
las recesiones económicas más relevantes de los últimos tiempos tenemos la gran
depresión de los Estados Unidos de 1929, la crisis post segunda guerra mundial,
la crisis del petróleo de los setentas, la crisis mexicana, la crisis rusa, la
recesión asiática, la crisis de las hipotecas subprimes y ahora la
pandemia de COVID-19 declarada por la Organización Mundial para la Salud. Recesiones económicas siempre habrá. La
historia confirma que, a pesar de las barreras y adversidades, la humanidad
persistentemente sale adelante.
La
crisis del COVID-19 es una prueba de fuego donde separaremos a los líderes y
estadistas de verdad, de los falsos líderes y los políticos oportunistas. Lecciones muy importantes para todos y
creo que en especial para los latinoamericanos.
@rogeliogc4
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