“Plan de Vacunación contra el Covid-19 y la economía en
Venezuela”
Conversando con los Economistas Maria Eugenia García y Jesús
Martínez
Fotografía: María Eugenia García y Jesús Martínez.
La
escasez de gasolina y en especial de diésel se agravan en Venezuela. Varios son
los gremios empresariales y productivos que denuncian esta situación, entre
ellos la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de
Venezuela (FEDEAGRO), liderizada por Aquiles Hopkins que ha destacado la
gravedad de la situación y su efecto en la seguridad agroalimentaria del país. Se
realizó un aumento del salario mínimo a bolívares siete millones y de los bonos
por alimentación en tres millones de bolívares, quedando el salario mínimo
integral en diez millones. Así mismo se ajustó al alza, el precio del pasaje en
el sistema Metro de Caracas a bolívares cincuenta mil por viaje realizado. El
tipo de cambio del dólar en Venezuela se encuentra cercano a los tres millones
de bolívares y con tendencia al alza debido a los nuevos bolívares que ingresarán
a la oferta monetaria próximamente, debido al aumento salarial del día primero
de mayo. La situación política venezolana se complica cada día más. La Asamblea
Nacional electa en el año 2020, se dispondrá a seleccionar a los nuevos
rectores del Consejo Nacional Electoral en los primeros días del mes de mayo y
serán los funcionarios públicos que se encargarán de conducir las próximas
elecciones de gobernadores y alcaldes a finales del año en curso.
En
este sentido conversamos en Los
Que Mueven El Mundo con los
economistas María Eugenia García y Jesús Martínez, ambos egresados de la
Universidad Metropolitana en Caracas. María Eugenia García se especializa en el
área de política monetaria, economía internacional, trading y banca. Por su
parte, Jesús Martínez se especializa en políticas públicas, desarrollo
económico, macroeconomía, econometría y modelos matemáticos. Martínez, fue
becario en un cien por ciento en “Excelencia Académica” en la Universidad
Metropolitana, Becario Supérate y Progresa y egresado del Programa
Proexcelencia de la Asociación Venezolano Americana de Amistad. Actualmente es
estudiante de la Maestría de Gerencia Pública del Instituto de Estudios
Superiores en Administración (IESA). Ambos son fundadores del Blog sobre
economía “Ceteris Paribus” creado en julio de 2020.
LQMEM: ¿Cuáles son las perspectivas económicas
de vacunación y su impacto económico mundial para el 2021-2022?
MEG:
Con la pandemia, si bien muchos procesos cambiaron o cesaron, otras nuevas
oportunidades han surgido y han adquirido relevancia, como la digitalización de
muchas actividades, el teletrabajo y la forma en la que nos interrelacionamos.
Las perspectivas económicas a nivel mundial se espera que sean favorables,
considerando que hay países del mundo que tienen prometedores programas de
vacunación y ya han inmunizado a buena parte de su población o están en vías de
hacerlo. El confinamiento del año pasado causó estragos económicos: la paralización
de la vida cotidiana por días; la disminución del consumo; una abrupta caída
del mercado de valores; muchas empresas cerraron; muchas personas perdieron su
trabajo. Así que, después de haber tocado fondo en el 2020, se puede esperar
una recuperación de las distintas economías del mundo en los próximos años.
Recientemente, el FMI ha estimado un crecimiento económico mundial de 6% y de
4,4%, para el 2021 y 2022, respectivamente, siempre y cuando el proceso de
vacunación ocurra lo más pronto posible y lleguen a todas las personas y a
todos los países, combatiendo el riesgo de nuevas cepas del virus y de las
consecuencias de una paralización de las economías de los distintos países
debido al confinamiento.
LQMEM: ¿Qué otros
sectores en medio de la pandemia observan usted puedan resultar positivos para
Venezuela excluyendo el petróleo?
JM: Realmente las
estimaciones económicas de Venezuela en medio de la pandemia no son para nada
alentadoras. De acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional, la
economía venezolana tuvo una caída en 2020 del 35%. Para 2021 se estima una
caída menor, pero igualmente alarmante del 10%. Así las cosas, realmente ningún
sector tendrá un desempeño realmente positivo en una economía que se cae a
pedazos. De hecho, en términos de crecimiento del PIB, las estimaciones apuntan
que posiblemente el único sector que pueda tener cierto crecimiento para 2021
sea el petróleo, pero más por un “efecto rebote”. Sin embargo, es importante
apuntar que algunas líneas de negocio muy particulares sí se han visto
beneficiadas con un desempeño interesante en este contexto de pandemia. En
particular, podemos mencionar los servicios de entrega a domicilio que en
Venezuela no estaban muy extendidos o solo se restringían a las clases
medias-altas. La banca online y las ventas en línea también ha tenido
cierto auge. El sector farmacéutico también se ha visto beneficiado por la
emergencia en consonancia con lo que sucede a nivel mundial, así como otros
sectores que incluso previo a la pandemia habían logrado dolarizarse casi en su
totalidad, por ejemplo, el de telecomunicaciones, lo cual les ha protegido del
efecto inflacionario en sus estructuras de costos. No obstante, es importante
resaltar que estos son sectores que, en su conjunto, no representan un
porcentaje muy significativo del PIB venezolano y todos se han visto de igual
forma afectados por la caída pronunciada de la demanda agregada, así como por
las dificultades estructurales de la economía venezolana.
LQMEM: En Venezuela, ¿qué opinión tiene sobre
el plan de vacunación del Estado y su impacto en la economía?
MEG:
El escenario actual es alarmante. En Venezuela, formalmente, sólo tienen acceso
a las vacunas los profesionales del área de la salud, el resto de la población
aún no lo está recibiendo. El plan de vacunación está siendo sumamente lento,
son pocas las dosis que llegan al país, mientras las cifras de contagios y
fallecidos en Venezuela crecen exponencialmente y contamos con un sistema
sanitario débil. Lo ideal sería evitar a toda costa el contagio mientras la
vacunación masiva se acerca cada vez más, sin embargo, esto puede impactar
negativamente en la economía, en tanto no se trabaje y la producción agregada
disminuya. La opción más adecuada sería el teletrabajo o emprender desde casa,
manteniéndonos siempre activos y buscando la manera de seguir aportando a
nuestra economía y sociedad a pesar de las adversidades.
LQMEM: ¿Cómo han afectado las distorsiones económicas
a la vida de los ciudadanos en Venezuela?
JM: Cuando hablamos aquí de distorsiones económicas nos referimos a aquellos fenómenos que suceden en una economía particular que generan que los mercados dejen de ser eficientes. Algunas de las distorsiones más conocidas en la economía venezolana son: la acelerada pérdida del poder adquisitivo, el surgimiento de la erróneamente denominada “inflación en dólares”, la escasez de efectivo, el acaparamiento de productos, la dolarización espontánea, a partir del cual han surgido muchas otras distorsiones como el cobro de amplios márgenes para el cambio de divisas, la desvirtuación del valor nominal del dólar, por ejemplo que ocho billetes de un dólar valgan más que un billete de diez dólares y eso por solo nombrar algunas. Todos estos son acontecimientos que no son normales en un mercado sano, pero aquí surgen producto de los numerosos desajustes de nuestra economía. Las consecuencias más palpables de estas distorsiones, son la pérdida de eficiencia en las transacciones, la disminución de la confianza de los actores económicos, escasez, incremento de los precios, prácticas abusivas en la fijación de precios y de condiciones de venta, entre otras, pero a mi parecer la consecuencia más importante es el aumento de la pobreza y la desigualdad. El principal perjudicado es el venezolano de a pie cuyo ingreso no le alcanza y además debe enfrentarse a un sin fin de distorsiones que solo hacen que su salario se evapore con mayor rapidez y que sus transacciones sean cada vez más engorrosas.
Tocado este punto, me gustaría resaltar dos
cosas. Lo primero es que las diversas distorsiones económicas que sufre hoy la
economía venezolana. son una consecuencia directa de la profunda crisis que
vive la economía. Lo segundo es que las mismas no son necesariamente producto
de la mala fe de los agentes económicos, llámese empresarios, comerciantes, etc.,
porque la actuación de las personas, al final de cuentas, está influenciada por
los incentivos que le presenta el contexto institucional. Mientras los
hacedores de política no se encarguen de crear un plan consistente con el fin
de reducir los incentivos negativos, reducir las desigualdades en la
distribución personal o geográfica de la renta y equilibrar la economía
venezolana seguirán surgiendo desajustes que terminen afectando directamente a
los ciudadanos.
LQMEM: La dolarización avanza en Venezuela.
¿Qué políticas deberían aplicarse para que la población use y circule en mayor
medida el dólar de Estados Unidos u otras divisas?
MEG:
El uso realmente no es un problema, pues en la actualidad, difícilmente
encontrarás negocios o particulares que no acepten como medio de pago la divisa
americana, tanto en efectivo como en transferencias por plataformas, billeteras
digitales o bancos extranjeros. Así mismo, las personas están dispuestas a
pagar por bienes y servicios en divisas, ya sea porque es menos complicado o
porque está en sus posibilidades. Ahora bien, el verdadero inconveniente es con
la circulación del dólar. El tema del sencillo ha sido objeto de dificultad
para las transacciones en más de una oportunidad, debido a que la mayor parte
de los dólares en efectivo circulando en la economía provienen de ahorros de
los individuos o remesas enviadas desde afuera. Conseguir billetes de 1, 5 y 10
dólares puede ser toda una odisea, por lo tanto, al hacer una compra en
efectivo, el vuelto se hace complicado de gestionar. Una alternativa que ha
propuesto el sistema financiero y bancario es la apertura de cuentas en
divisas, facilitando así el medio digital para llevar a cabo las transacciones
cotidianas y evitar, de ser posible, el efectivo. Definir las políticas que
deben aplicarse para fomentar la circulación y uso del dólar pueden ser
complicadas, pues si bien es cierto, de
facto, la población venezolana ha adoptado la divisa como unidad de cobro y
pago, la moneda oficial de Venezuela sigue siendo el bolívar, por lo tanto, es
de esperar que la política monetaria se oriente a ella. No obstante, se puede
esperar que el dólar siga teniendo un papel cada vez más protagónico en las
transacciones venezolanas, que se adopten así mismo cada vez más transacciones
bancarias en dólares tanto extranjeras como nacionales y medios de pago como
billeteras o plataformas digitales como solución a la limitante de efectivo en
baja denominación.
LQMEM: ¿Ve en el corto plazo una nueva reconversión
monetaria en Venezuela?
JM: Antes de responder a la
pregunta, creo que es importante acotar que la introducción de un nuevo cono
monetario, a nivel real, no tiene efectos en la economía ya que no soluciona el
problema de raíz que es la inflación. Recordemos que el tener billetes de
diferentes denominaciones es una manera de facilitar las transacciones. Por
ello es importante que se cuente con una oferta suficiente de efectivo para que
los consumidores puedan realizar dichas transacciones eficientemente.
Actualmente en Venezuela, las compras comunes se hacen en millones de
bolívares. Por lo tanto, se deben tener muchos billetes para hacer una compra
simple. Esto ha generado, a su vez, una escasez relativa de efectivo. El Banco
Central de Venezuela ha visto esto y ha optado recientemente por incluir nuevas
denominaciones de mayor valor nominal, pero yo diría que incluso se han quedado
cortas. El billete de mayor valor es de un millón de bolívares, lo cual no te
alcanza ni para comprar una harina. Por lo tanto, al ritmo de la inflación,
será cuestión de semanas para que la capacidad de compra de esos billetes se
erosione con el incremento de los precios y por el alto costo de vida que se
enfrenta en el país. En este sentido, lo que concuerdan diversos economistas,
es que es muy posible que se haga una nueva reconversión monetaria quitándole
ceros a la moneda. Esto sería con fines de facilitar la contabilidad que ya se
maneja en miles de millones de bolívares y para aliviar un poco la escasez de
efectivo. Sin embargo, si será este año o no, es incierto ya que es una
decisión meramente política. Lo cierto, es que mientras la política económica
no se oriente directamente a atacar la hiperinflación en el país, no servirá de
nada que contemos con billetes de dos millones, diez millones, etc., o bien se
le quiten 5 o 6 ceros a la moneda porque pronto eso solo servirá para pagar un
pasaje y hasta menos de eso.
LQMEM: ¿En Venezuela sería positivo una dolarización en el mercado de
valores?
MEG:
Al igual que en el mercado de bienes y servicios, es probable que las personas
sientan más seguridad manteniendo sus activos financieros denominados en
dólares. Sin embargo, la prioridad antes que una dolarización, debe ser una
reestructuración del mercado de valores, es decir, impulsar a las empresas y
organismos que ya operan allí, promover la participación entre los bancos,
grandes organizaciones y particulares, orientar las instituciones financieras a
apoyar casas de bolsa y de corretaje, desde las más pequeñas hasta las más
relevantes y, en líneas generales, generar una confianza que sirva de base para
que el venezolano decida invertir allí, ya sea en dólares o en bolívares. Pero
es de esperar, dado el nivel inflacionario en el país y que este tipo de
transacciones son en el mediano y largo plazo que, para recibir un rendimiento
acorde, los inversores y todos quienes operan en el mercado de valores
prefieran salvaguardar su poder adquisitivo en moneda extranjera.
LQMEM: ¿Se ha fortalecido el desarrollo de la tecnología y economía
digital con la pandemia y sobre todo en América Latina?
JM: Sin lugar a dudas la economía digital ha sido
una de las que ha tenido un mayor impulso gracias al Covid-19. Cabe resaltar
que este era un proceso que ya estaba ganando terreno en años previos, sobre
todo en las economías desarrolladas, pero las medidas de confinamiento, que
obligaron a las empresas a recurrir al teletrabajo, así como a digitalizar casi
por completo sus operaciones aceleraron esta tendencia a nivel global. El
sector tecnológico en general se ha visto beneficiado, pero el negocio de venta
de bienes y servicios online, servicios de streaming, videollamadas,
delivery, apps para realizar pagos y monedas digitales han sido las de
mayor impulso. Actualmente, estos son nichos de mercado en los cuales ha
aumentado el interés debido a la incertidumbre acerca de cuándo volveremos
realmente a la “normalidad”. Pero además porque la digitalización de la
economía se ve como un hecho irreversible. Hacer esto supondría muchas ventajas
para la economía y abriría una gama bastante interesante de oportunidades. Sin
embargo, hay que tomar en consideración el hecho de que la tecnología en todo
el mundo no está tan avanzada. Latinoamérica en específico, que es una de las
regiones más desiguales del mundo, ha avanzado mucho en aumentar su desarrollo
tecnológico. Sin embargo, aún cuenta con amplios sectores de la sociedad que no
cuentan con cosas tan básicas como dispositivos móviles o accesibilidad a internet,
lo cual retrasa la posible digitalización de la economía de la región. Habría
que añadir que el Covid-19 ha venido a ser un aliciente para aumentar la
desigualdad y los niveles de pobreza. Por lo tanto, veo esta transición a una
economía digital como inevitable, pero no en su totalidad en el corto plazo ni
en el mediano plazo. En este sentido, es importante que los gobiernos se
aseguren que los más vulnerables no se queden atrás en esta tendencia.
LQMEM: En Estados Unidos, la administración
Biden ha aplicado programas de estímulo económico para contrarrestar los
efectos del Covid-19 en dicho país. ¿Qué tipo de medidas deberían aplicarse en
economía, pero en Venezuela en este mismo contexto?
MEG:
No hay certeza en cuanto a la aplicación de medidas, porque no sabemos cuánto
tarda el proceso de vacunación y es alarmante la cantidad de casos que
diariamente se registran. Los programas aplicados en los Estados Unidos no se
comparan en Venezuela, porque a esos llegan a la mayor parte de la población,
mientras que los que se evidencian aquí, son transferencias que hace el Estado
para sectores exclusivos de la población y no son bajo el concepto de estímulos
económicos para contrarrestar el efecto del Covid-19, tienen otra intención.
Aquí la solución más racional sería impulsar los comercios para que puedan
salir adelante y en caso de programas de asistencia económica, otorgarlos a
pequeñas, medianas y grandes empresas, fomentar el emprendimiento entre los
particulares y promover el incremento en la producción nacional, que se ha
visto fuertemente golpeada con las medidas que se han debido tomar tras el
confinamiento. No sugeriría un programa de asistencia económica directa a los
ciudadanos, porque eso puede acelerar la espiral hiperinflacionaria del país.
LQMEM: ¿Las criptomonedas a raíz del Covid-19 ganarán
mayor confianza y credibilidad en especial en países como Venezuela?
JM: Ciertamente las criptomonedas cada vez adquieren más terreno. A pesar de que existe aún el dilema sobre si son o no confiables, además de la incertidumbre que supone invertir en ellas al no estar controladas por ninguna autoridad monetaria, son cada vez más las personas que se suman al uso de estas monedas virtuales. Bien sea por su facilidad de transacción, sus bajas comisiones, su aceptabilidad alrededor del mundo, o por la posibilidad de especular con ellas. El Covid-19 en particular, ha empujado a criptomonedas como el Bitcoin a lograr máximos históricos en su cotización. Esto se ha debido en gran parte, además de las razones ya señaladas, a que los mercados mundiales se enfrentaron a una volatilidad e inestabilidad sin precedentes durante todo el año 2020. Con la incertidumbre reinante producto del shock macroeconómico causado por la pandemia, los inversionistas han mirado cada vez más a las criptomonedas como un activo alternativo. Como resultado, el mercado de las criptomonedas ha crecido rápidamente, sentando las bases para que lo que podría ser una utilización cada vez más amplia de estas monedas. Considero que los asuntos referentes a la confianza y credibilidad van a seguir manteniéndose allí por cierto tiempo, pero al haber cada vez más individuos, negocios e incluso países que emiten y utilizan las distintas criptomonedas, ciertamente esto beneficia a un mayor desarrollo de este mercado. En cuanto a Venezuela, pues es un caso muy particular. No ha sido por la pandemia que las personas se han refugiado en las criptomonedas, sino por protegerse de la inflación. Por eso es que gozan de relativa buena confianza. Si no fuera por las limitaciones tecnológicas del país ciertamente estarían mucho más extendidas.
Rogelio Guevara Cantillo
@rogeliogcmundo
Caracas, mayo de
2021