lunes, 3 de junio de 2019

Felipe Pérez Martí: " PDVSA tampoco puede recuperarse como empresa pública con facilidad. Está quebrada. Debes reconocerlo, pues no es un edificio con paredes que se pueden frisar y pintar. Sus bases están quebradas. Debes derrumbar el edificio y hacerlo de nuevo”.



Felipe Pérez Martí: " PDVSA tampoco puede recuperarse como empresa pública con facilidad. Está quebrada. Debes reconocerlo, pues no es un edificio con paredes que se pueden frisar y pintar. Sus bases están quebradas. Debes derrumbar el edificio y hacerlo de nuevo”.

ENTREVISTA A FELIPE PÉREZ MARTÍ

Por: Rogelio Guevara Cantillo
@rogeliogc4


Foto: Cortesia Dr. Felipe Pérez Marti. 


Conversé con el Doctor en economía, Felipe Perez Martí sobre la realidad venezolana y su grave crisis humana qué pareciera no tener fin en este laberinto interminable de intereses tanto de los factores de poder nacional y los extranjeros. Pérez Martí es economista, graduado en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Hizo su Maestría y Ph. D en economía en La Universidad de Chicago. Ha trabajado como investigador en el Centro de Estudios de Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en  Washington D. C., Estados Unidos de América. Como profesor e investigador ha trabajado en los departamentos de economía de la Universidad Pompeu Fabra, Universidad de Alicante y en la Universidad Carlos III de Madrid, España.  

Trabajó en el IESA como profesor e investigador en el Centro de Políticas Públicas. Fué Ministro de Planificación y Desarrollo del 2002 al 2003 durante once meses, desempeñándose como jefe del Gabinete Económico, Presidente de la Comisión de Transformación del Estado y Presidente de la Comisión del  Poder Popular durante la administración de Hugo Chávez Frías. Diseñó y ejecutó durante ese período el “Plan de Consenso Nacional”, en que se buscaba un acuerdo en materia económica entre el gobierno, el sector privado productivo, los trabajadores y los actores políticos de oposición. Entre las materias en las que ha impartido docencia están las cátedras de microeconomía, macroeconomía, teoría del desarrollo económico, matemáticas para la economía, econometría, teoría de juegos, políticas públicas y teoría de la decisión social y de la justicia distributiva. Sus áreas de investigación y publicaciones han estado centradas en materias de regulación de las instituciones financieras, política monetaria y cambiaria y altruismo y eficiencia económica. Trabaja como consultor privado. Entre sus actividades  políticas y  sociales, están la promoción del espacio  de búsqueda de consensos,  el Movimiento Libertadores (sociedad civil organizada independiente que montó, con ayuda de los partidos políticos y la Consulta del 16 de Julio) del cuál es coordinador ejecutivo y el Pacto Republicano.

Pregunta: ¿La Venezuela de la próxima década 2020-2029 es recuperable?

Respuesta: Depende de si nos curamos de la enfermedad del caza-rentismo o no. Si hay un cambio gatopardiano (que se vaya Maduro, sea ya o por elecciones con él; y que quede toda su estructura de poder), como quieren los cohabitadores, representando a la facción moderada del cartel de mafias caza-renta con sus negocios, relacionados, pues la salida sería  cosmética. Seguirían las cúpulas corruptas militar, judicial, electoral  y los otros poderes y las gobernaciones y alcaldías. Volveríamos a la  cuarta república, pero mucho peor, tanto porqué partimos del subsuelo, como porque el cartel caza-renta, con sus negocios relacionados, tendría mucho más dominio. Seguiría la guerrilla, el Hezbollah, los paramilitares, los colectivos convertidos en pranatos delincuenciales. Seguiría la "Somalización del país", con zonas tomadas por los capos y sus  grupos en cada región, como los carteles de la droga (oriente), de las  minerías (sur), de los dominios guerrilleros (sur y occidente). Seguirían  los dominios de Cuba, China o Rusia. Si hay un cambio como Dios manda para la transición, la del coraje, con la alianza internacional correcta (EEUU, Colombia o Brasil), los militares en rebelión que no quieren nada con la cúpula corrupta, la  sociedad civil independiente, y los partidos del coraje (excluyendo a  los corruptos, cohabitadores) seríamos recuperables. Pues vendría un equipo de gobierno que es enemigo del caza-rentismo y amarraría al mástil a las futuras administraciones gubernamentales. Podríamos salir de la enfermedad en unos veinte años y nos pasaría como a Noruega, que es un país petrolero, pero que es productivo en bienes  transables, agricultura e industria, para consumo nacional y  exportaciones, pues no tendríamos el problema de la sobrevaluación de la  moneda nacional. 

No tendríamos el fenómeno de la prociclicidad del gasto (cuando hay mucho ingreso petrolero-minero, se gasta más, y vice-versa;  con los ciclos políticos de populismo rentista relacionados), nefasto para la estabilidad de la economía y la inversión de largo plazo, ya que  tendríamos un colchón externo para los shocks de los precios de las commodities (petróleo y minería). No tendríamos el cartel de mafias  caza-renta, los zamuros; porque no habría carne: estaría en el fondo petrolero, disponible para cada venezolano, no para el gobierno. Aquí describo tanto la enfermedad, como su remedio (página 17). Técnicamente es sencillo, como se verá. Disponible en: https://www.movimientolibertadores.com/doc/GPSresumenv10.pdf

En materia de recuperación del territorio, lo más conveniente es la  descentralización a todos los niveles, llegando al comunitario. Si esto  se hace bien, con democracia abierta, directa, los resultados son  conocidos y documentados por el Banco Mundial. Si la ciudadanía se  activa para participar políticamente desde la base, con mecanismos de  defensa propia, incluso en el tema de seguridad personal y control de mafias cobra-vacuna, se obtendrían resultados mucho más rápidos y  efectivos que si actúas centralizadamente, pues partirías de un aparato centralizado que ni siquiera realmente no controlas al llegar al  gobierno y necesitaría muchos ajustes, reestructuraciones y depuraciones  para funcionar bien.

P: ¿Qué tipo de inversiones nacionales y del extranjero recomendaría en primeras instancias?

R: El mecanismo del mercado es el que debe decidir las inversiones. Los inversionistas deben leer las señales de ese mercado y decidir en qué invierten. Es lógico que aprovechemos las ventajas comparativas que tenemos, como la abundancia en energía relativamente barata y recursos relativamente abundantes: petróleo, gas, aluminio, minería en varios  rubros importantes, agua, tierras cultivables. Tanto para producción primaria, como actividades integradas, hacia arriba y abajo, como horizontales. Procesos importantes de industrialización comenzarán por ahí. Somos tierra virgen en eso; y la tasa de crecimiento esperada en esas áreas va a ser muy grande al principio.

 El sector privado jugará el papel protagónico. Con más de $400 mil millones en el exterior propiedad de venezolanos que quieren invertir aquí. Con mucho capital humano bien formado con las recientes diásporas que quieren repatriar sus cerebros, por decirlo así. Con muchos inversionistas privados, en lo financiero y en sectores reales, esperando solo el pitazo para venir en avalancha, casi como en la fiebre del oro. A diferencia que esto seguiría para siempre, pues el oro se acaba, los procesos productivos bien fundamentados duran, crecen y se sofistican con el tiempo. Esto sería un emporio de actividad productiva en los inicios y también en el mediano y largo plazos, si se hace como en Noruega, corrigiendo la enfermedad mencionada.

P: ¿Como experto en economía y políticas públicas, cuáles son las 3 misiones o tareas más difíciles qué observa para la reconstrucción del país?

R: Lo enfocaré de manera constructiva, por contraste. Lo más importante es que el Estado juegue un papel de regulador, no de productor. Eso implica que el problema principal es el sobre-dimensionamiento del Estado sobre el mercado, con sus secuelas de ineficiencia y corrupción rampantes. Pero sí que debe gestionar la reconstrucción de la infraestructura económica y social: energía, agua, vialidad, comunicaciones, escuelas, hospitales, etc. La gestión debe tener en cuenta criterios fundamentales que señalizan también las carencias respectivas: solvencia, liquidez (en dólares) y confianza, en un entorno político de gobernabilidad. La solvencia se refiere a lo fiscal: debes cerrar la brecha entre gastos e ingresos, cuyos altos montos endémicos y su monetización, es lo que ha explicado la inflación y la hiperinflación. Pero no solo en lo inmediato. Debes tener un plan fiscal de corto, mediano y largo plazo que implique sostenibilidad y dé señales claras al mercado para generar confianza entre los inversionistas y en los organismos que te van a financiar en el arranque. Lo paradójico es que en Venezuela, con un buen plan de refinanciamiento de la deuda, no necesitas tomar medidas draconianas (bajar el gasto real súbitamente), ni contractivas (subir los impuestos) para cerrar la brecha fiscal. Con medidas como la subida del precio de la gasolina, el gas, el agua, la telefonía, servicios en general y con un buen plan de financiamiento, cierras la brecha entre fuentes de ingreso real y gastos que te permitiría frenar la inflación en muy corto tiempo.

Claro que las subidas de precios de servicios van a poner presión sobre los ciudadanos, de clases medias y bajas, la gran mayoría. Por lo cuál necesitas un plan de subsidios directos para compensar eso a la vez que eliminas los subsidios indirectos, como CLAP, etc. Mi propuesta es que el subsidio directo sea para todos los venezolanos por igual. Unos quince dólares por adulto y diez por niño. Pues todos somos prácticamente pobres. Se haría sin distinciones políticas ni sociales. Si haces distinciones sociales, eso te lleva a corrupción y te demora las cosas. Tienes que actuar muy rápido en esta emergencia humanitaria. Hay para eso, de acuerdo a los cálculos que se han hecho. Así se genera confianza entre la población, que no sería dejada de lado. Pues la confianza no es solo para los inversionistas, sino también para los trabajadores y consumidores, sin discriminaciones odiosas, ineficientes, lentas y engorrosas de implementar.

 Lo de la gobernabilidad tiene que ver con la amplitud del gobierno de transición. No puede ser extremista en lo ideológico, ni excluyente en lo político. Debe ser un gobierno de centro en lo ideológico y de unidad, de amplitud y de reconciliación nacional. Sin cacería de brujas, aunque con justicia transicional. Nuestra realidad específica, muy distinta a países como Grecia, al no necesitar ajustes neoliberales, permite gobernabilidad con los empleados públicos también: no necesitas echar a la gente de manera draconiana. Nadie tiene porqué ser despedido. Incluso si es Madurista y no hace nada en una empresa como PDVSA, por ejemplo. Claro que debes reducir el tamaño de la administración pública. Pero lo puedes, y debes hacerlo de manera adecuada. Con mecanismos como las cajitas felices. Conocidas incluso por el FMI. A medida que se genera empleo y oportunidades de emprendimientos, esos empleados, ahora improductivos, van a preferir irse para la empresa privada, que va a estar necesitando recursos humamos por lo dicho del emporio productivo esperado. Un saneamiento mutuamente acordado con los trabajadores. Con un proceso de negociación mutuamente conveniente. Transicional. Lo bueno es que hay con qué, si hacemos una buena reestructuración de deuda y accedemos a nuevos fondos de arranque y de ayuda humanitaria. A diferencia de lugares como Grecia.

De hecho, lo de la liquidez tiene que ver con esto, y es que necesitas unos montos grandes de préstamos internacionales para recomenzar.  Primero, para refinanciar la deuda externa, que está en unos $160 mil millones. Con una quita (“haircut”) importante, aprovechando la situación, pues hay justificación política, ética y económica para que los inversionistas comprendan la quita y su alto monto. Con la participación del Fondo Monetario Internacional, por supuesto. Eso te permite liberar ingresos para financiar el plan de subsidios directos descrito, por un lado y levantar la infraestructura descrita en un primer monto, mientas recompones las finanzas públicas, por otro. Usando los mecanismos de mejora de la recaudación fiscal, con sus medias de simplificación y eficiencia, bastante conocidas incluso en países latinoamericanos, como Chile y Perú y no usadas aquí.
La idea es establecer la base en lo económico en la transición para que el gobierno posterior, resultado de unas elecciones democráticas y abiertas en las que sí que haya un debate ideológico en un país normal, salga electo un gobierno que obedezca a las expectativas de la ciudadanía. La transición debe servir para las bases no solo económicas,  sino político-institucionales, no mencionadas aquí. En este documento sí que las mencionamos, disponible en:  https://www.movimientolibertadores.com/doc/GPSresumenv10.pdf

"Podríamos salir de la enfermedad en unos veinte años y nos pasaría como a Noruega, que es un país petrolero, pero que es productivo en bienes  transables, agricultura e industria, para consumo nacional y  exportaciones, pues no tendríamos el problema de la sobrevaluación de la  moneda nacional."

Felipe Pérez Martí

P: Lamentablemente muchas instituciones del Estado venezolano han  perdido su profesionalismo y ética. ¿Cuáles serían las cinco primeras instituciones que usted sanearía?

R: Hay que partir del principio de que es imprescindible comenzar de un excelente equipo en el poder ejecutivo: desligado por completo del caza-rentismo  y por lo tanto de la corrupción. Y que sea gente capaz. No solo el presidente. El primer círculo, el segundo, el tercero y llegar así al séptimo. Por lo menos. Expresando con esto lo fundamental que es esto. Pero, además de esto, el otro principio sine-qua-non, es la democracia: que el pueblo decida realmente sobre quiénes deben gobernar y ocupar los cargos ejecutivos, legislativos, judiciales, etc. Directa o indirectamente. Y participar directamente en las instancias comunitarias, municipales, regionales.

Sobre las instituciones específicas, nombraré algunas imprescindibles. El Banco Central de Venezuela es prioritario. También la Corte Suprema de Justicia, el CNE, la Fiscalía, la Defensoría, la Contraloría. Las gobernaciones y alcaldías, con nuevas elecciones luego de asambleas ciudadanas, en cabildos abiertos, que sustituyan a los actuales, usurpadores. La Asamblea Nacional, con nuevas elecciones dentro de un proceso revocatorio, ya que muchos diputados representan al caza-rentismo, no solo los del PSUV.

Lo prioritario es, pues adecentar las instituciones políticas, mediante la participación popular democrática. Que permitan a los nuevos liderazgos, que han surgido al calor de las luchas de los últimos años, desde la bases, asumir las funciones públicas en las instancias de elección. Para que las designaciones en los poderes públicos se hagan de manera adecuada, con criterios de independencia político-partidista, probidad y capacitación de los candidatos y los escogidos. Y no por cuoteo político en que se te metan los agentes del caza-rentismo. El Fondo Petrolero-minero también debe ser instituido con esos criterios.

Para las reformas que tienen que ver con la gestión de las instituciones, la idea es que el Estado debe dedicarse a establecer reglas de juego. No ser productor. Establecer reglas de tránsito, y ser fiscal de tránsito. No el conductor de los vehículos que transitan para sus distintas actividades productivas. Desde luego, esto implica un proceso de privatizaciones importante, con criterios similares a los expuestos para los empleados públicos. Pero mucho más expedito, pues se puede hacer. Los empleados de empresas públicas a ser privatizadas no tienen porqué ser despedidos súbitamente, sino con criterios similares a los descritos arriba, y teniendo en cuenta posibles participaciones en las empresas a ser privatizadas, entregadas a sus dueños legítimos. Con eso de las reglas de juego, llevadas a cabo por un equipo confiable, se manda una señal adecuada al sector privado. De respeto a la propiedad privada.

Con la sostenibilidad, la liquidez, un equipo de gobierno confiable en el ejecutivo, en lo judicial, en el CNE, en las gobernaciones y alcaldías, con gobernabilidad, se establecen las bases para la recuperación de la confianza. Va a ser un proceso progresivo. Pero se sabe cómo se haría desde el principio.

P: Recientemente el BCV publicó cifras estadísticas después de cerca de  4 años de silencio. Usted hipotéticamente es invitado por el  presidente y directorio del Banco Central de Venezuela en su sede.  ¿Cuáles serían las principales críticas qué le haría a estas personas por su conducción del ente monetario?

R: Primero, que no aceptaría ir a tal invitación si no ha caído Maduro y su régimen. Pues por muy buenas que fueran las recomendaciones, no las tomarían en cuenta. Incluso si las tuvieran, no tendrían efecto, pues se necesitan cambios más allá del BCV para que funcionen. Si es para el gobierno de transición, pues así sí que funcionarían los cambios que habría que hacer. Lo primero es restablecer la independencia del Banco Central. Solo así se frena la inflación, pues no sirve de caja chica o caja grande, como en nuestro caso, para financiar los déficits del gobierno central. Los directores, el presidente, deben ser nombrados con independencia del gobierno. Un personal capacitado en lo técnico y en lo ético. El tema monetario es el más difícil en economía. Los funcionarios que se han nombrado con Chávez y Maduro, con rarísimas excepciones, no han tenido esos requisitos imprescindibles.

Sobre las cifras, pues es una de las medidas básicas que restablecen la confianza. Lo que hicieron ahora es un parapeto para aparentar normalidad, ante lo de Noruega. Pero no genera confianza, sino desconfianza, por el intento de manipulación política del mercado. No tiene efecto positivo, pues esas cifras, las correctas, del producto, ya se conocían por otras fuentes, como el equipo de José Guerra en la AN y otros equipos privados y académicos, como el de Roberto Rigobón, en el MIT. Que sí que reportan estadísticas realistas en materia de inflación.

P: ¿Cuál será el mecanismo para detener la hiperinflación en Venezuela?

R: Para esto es imprescindible lo de la solvencia fiscal y su sostenibilidad en el tiempo. Las expectativas son lo crucial en materia de base del dinero. Contrariamente a lo que mucha gente, incluso muchos economistas creen, la confianza es el componente principal, de lejos, de la base monetaria. No solo las reservas internacionales, que deben ser repuestas. En particular, el crédito que otorga el Banco Central al gobierno, debe ser recuperable. Lo mismo que el otorgado a la banca privada. Sobre todo en un país pequeño y abierto como el nuestro, que no emite divisas, sino un signo monetario propio que depende de sus propias condiciones económicas privadas y públicas. Lo segundo, es la independencia y autonomía del ente emisor. Y un equipo de directores que genere confianza en el sector privado, nacional e internacional. Bien pagado, además. Lo tercero requerido es un flujo de divisas que permita recuperar las reservas internacionales. El gobierno, para obtener bolívares, vendería al Banco Central las divisas de los nuevos financiamientos externos. Estas divisas serían usadas para una oferta estable de dólares al mercado privado cambiario, en subastas diarias. Para dejar flotar el tipo de cambio de manera libre.

Sumado al influjo de dólares privados para inversión, esta oferta que viene del sector púbico, establecería las bases de la recuperación de la base monetaria real (reservas internacionales y más confianza). Y eso permitiría recuperar el valor externo de la moneda, que en condiciones como las descritas, establece la contrapartida nacional del valor real de la moneda, el Bolívar. Así recuperaría su valor y se frenaría, en muy corto tiempo la hiperinflación. El “bimetalismo” (circulación del Bolívar en paralelo al dólar, usado como dinero, no solo como reserva de valor) será inevitable al principio. Pero eso es bueno, pues es un reto apropiado para estabilizar en términos del dólar, al nuevo Bolívar, que puede ser llamado Republicano. Así no habría dolarización, sino recuperación de la soberanía monetaria perdida, que es lo óptimo para nosotros.

"Lo más importante es que el Estado juegue un papel de regulador, no de productor. Eso implica que el problema principal es el sobre-dimensionamiento del Estado sobre el mercado, con sus secuelas de ineficiencia y corrupción rampantes"

Felipe Pérez Martí

P: ¿Cuál es el futuro del Bolívar Soberano? ¿Sobrevivirá o será necesaria la creación de un nuevo cono monetario?

R: El Bolívar Soberano no tiene futuro, como no tuvo sentido desde que se instauró. No tenía sustento, ni en reservas, ni sobre todo en confianza. Si estabilizas la economía, con las medidas listadas arriba, en particular con la solvencia fiscal y la actividad productiva privada, se puede estabilizar el valor del Bolívar. Que debe tener otro nombre ahora, como por ejemplo Bolívar Republicano, pues se necesita un nuevo cono monetario. Son cosas conocidas en el ámbito de la teoría monetaria y la gestión de los bancos centrales. Como en el proceso de reconversión del Real en Brasil. Se establecería estabilidad del valor externo e interno del Bolívar Republicano de manera endógena, sin imposiciones artificiales como las de los gobiernos de Chávez y de Maduro, que eran tan arbitrarias que pretendían al mismo tiempo, establecer el valor de la moneda (mediante el control cambiario, fijando el tipo de cambio) y a la vez teniendo un déficit fiscal que implicaba emisión de dinero. Algo imposible, pues el precio del dinero debe reflejar su sustento y en ese caso no había, ya que la emisión de dinero sin respaldo de crédito real al gobierno (recuperable, sostenible) no permitía un precio estable de ese dinero.

La idea es tener soberanía monetaria, pues con una operación normal típica de un Banco Central en un país pequeño y abierto cuya producción de petróleo y minería en principio, pueden proveer reservas internacionales que puedan basar muy bien, si se administran apropiadamente, el valor de la moneda emitida por el ente monetario. Con el Fondo Petrolero tipo Noruega se logra estabilizar adicionalmente el valor interno de la moneda, porque se evitan los shocks externos que fragilizan su valor si no se lleva un control muy férreo de contrapartidas monetarias internas que neutralicen los efectos de esos shocks. Con el fondo, la estabilidad se logra sin necesidad de esos malabarismos, no siempre exitosos.

P: ¿Qué empresas del Estado privatizaría usted?

R: La gran mayoría de las privatizadas, expropiadas, invadidas y nacionalizadas. Como he dicho, el Estado debe ser regulador, no necesariamente productor. Y esto hay que decirlo: las de Guayana no han funcionado tampoco como empresas públicas. Antros de altísima corrupción e ineficiencia. Un tremendo lastre para las finanzas fiscales. No es sostenible y generan, al fin y al cabo, inflación que afecta a todos los venezolanos. No podemos financiar a los sindicatos corruptos a costa de inflación que pecha a todos los trabajadores venezolanos. Eso hay que acabarlo.

PDVSA tampoco puede recuperarse como empresa pública con facilidad. Está quebrada. Debes reconocerlo, pues no es un edificio con paredes que se pueden frisar y pintar. Sus bases están quebradas. Debes derrumbar el edificio y hacerlo de nuevo. Pero sobre nuevas bases, en las que el sector privado juegue el papel principal. Pues no podemos darnos el lujo de más pérdidas para el fisco, con consecuencias nefastas para la población en materia de inflación inducida y falta de ingresos por robos internos.

P:   ¿Qué políticas públicas se deberán aplicar para resucitar a las pequeñas y medianas empresas en Venezuela?

R: En realidad solo se necesitan reglas claras y sencillas de operación. Hoy para registrar una empresa hay que pagarle comisión, en dólares, a los corruptos cubanos que controlan todos los registros. Desde los ciudadanos, hasta los privados. Debes establecer mecanismos de registro rápidos, transparentes, que faciliten la creación de nuevas empresas. Solo esto hace un milagro. Con las condiciones nombradas arriba, muy poco más se debe hacer, pues el crédito privado establece mecanismos apropiados para la creación y fortalecimiento de pequeñas y medianas empresas. Claro que debes evitar los monopolios y roscas de todo tipo, incluyendo de distribución de alimentos y otros bienes. Viejos y nuevos. Condiciones para la competencia son esenciales. Protección de los pequeños de prácticas mafiosas de los grandes. Es imprescindible, como se sabe en regulación. Libertad y transparencia para importaciones y exportaciones. Pro-competencia es una necesidad y se hace normalmente desde el sector público.

"Lo primero es restablecer la independencia del Banco Central. Solo así se frena la inflación, pues no sirve de caja chica o caja grande, como en nuestro caso, para financiar los déficits del gobierno central. Los directores, el presidente, deben ser nombrados con independencia del gobierno."

Felipe Pérez Martí

P: ¿Recomendaría usted un organismo como un "Banco para la Reconstrucción de Venezuela" encargado de las estrategias de  reconstrucción apoyado por países amigos?

R: Es natural tener bancos de desarrollo. Pero el cuidado aquí debe ser inmenso. Pues la tenencia a la corrupción y la ineficiencia es muy pero muy alta. Hay estándares de trabajo de bancos públicos que te permiten eficiencia en la gerencia. Como se llevó el antiguo Banfoandes. Se puede y se debe con pequeña escala al principio, para diseñarlo bien y gestionarlo y gerenciarlo adecuadamente, con rendición de cuentas y otros mecanismos conocidos. Pero debes promover los mecanismos privados de generación de créditos. Bancos y relacionados incluyendo cooperativas de ahorro y crédito. Algunos incluso para gente de bajos recursos. Hay experiencias internacionales y nacionales valiosas y rescatables en ese sentido. El Estado venezolano está quebrado, no puedes empezar a cargarlo de instituciones que no puede manejar, como si fuera un país normal. Más bien debes descargarlo de eso. Estamos en los inicios de una nueva era y eso hay que comprenderlo bien en todo esto.

P: El Estado venezolano fue secuestrado por una corporación de crimen  organizado. Esto está afectando la economía nacional. ¿Qué medidas recomendaría usted para depurar este grave problema de la realidad económica venezolana?

R: Buena pregunta. Como lo dije arriba, lo principal es rediseñar al país  para que sea una república democrática normal. Con sus instituciones sólidas. En el documento del Pacto Republicano están medidas concretas en  ese sentido. Es bueno resaltar el tema del diseño institucional para  evitar esto en el futuro. Se trata no tanto de quitar zamuros o meter presos a los corruptos que hay que hacerlo, claro. Sino de evitar que  haya zamuros, que haya corruptos y la mejor manera de hacerlo es quitar  la carne. Con un fondo petrolero tipo Noruega. La renta les pertenece a los ciudadanos y no a los políticos, sean del gobierno o de la oposición.

P:
¿Cómo ve las actuaciones chinas en la economía venezolana en la  próxima década?
R: Pues como cualquier otro país. Para empezar, su deuda debe ser tratada como el resto de deuda, en un proceso de reestructuración. Teniendo cuidado de valorar a parte la deuda odiosa, que se aprovechó en contra de  nuestro interés por el interés del régimen corrupto y delincuencial, tanto de Maduro, como de Chávez. Lo demás debe ser tratado como el resto de inversionistas privados o de países que entran aquí al país a hacer contratos de mutua conveniencia. Debemos ser independientes como país en ese sentido. No casarnos con un  solo proveedor de inversiones o de destinos de inversión u oferta productiva, sino viendo las mejores opciones como debe hacerse en un mercado con autonomía y buscando nuestros propios intereses como  venezolanos.

P:
¿Podría explicarnos qué es el “Movimiento Libertadores”?

R: El Movimiento Libertadores fué el que ideó y realizó, con la ayuda de  los partidos políticos la Consulta del 16 de Julio de 2017. Un acto histórico para estándares mundiales. Que no se aprovechó, pues la MUD lo traicionó, como he analizado en otros lados. La idea de la consulta fue nuestra y la impulsamos, desde la sociedad  civil independiente, primero con un pequeño grupo de gente, entre ellos David Morán, Melquíades Pulido, Roberto Smith y por primera vez se expusó en el grupo de análisis político liderado por Lewis Pérez. Al principio queríamos realizar un revocatorio ciudadano, cuando el régimen de Maduro, con su CNE y su TSJ nos robó el oficial. Casi estaba listo, cuando PJ nos dejó con los crespos hechos. Luego se hizo la consulta, pero la MUD nos dejó colgados, igualmente. Quedará para la historia todo esto. Pero el Movimiento Libertadores se dió cuenta de que debía recuperar esa historia y tomamos conciencia de que debíamos seguir y extendernos. Pues somos una suerte de CNE fáctico, ciudadano, independiente de los partidos y del Estado.

 ¿Qué debería ser un CNE? Una institución que facilita la manifestación de la voluntad ciudadana a través del voto. Como eso no ha funcionado y se ha generado un vacío, el Movimiento Libertadores ha tratado de realizar esa tarea. Pero la voluntad ciudadana debe manifestarse no solo en las votaciones, sino en el día a día. Por eso hemos estado promoviendo asambleas ciudadanas en todo el territorio nacional. Partimos de que hay que dar el poder al pueblo. La consigna de “El pueblo decide” nos la hemos tomado en serio. Hemos encontrado obstáculos no solo en el desgobierno, sino también en los partidos que quieren hegemonizar las decisiones y en el mejor de los casos, “educar al pueblo”, “educar a los ciudadanos”. Lo primero que hay que hacer es darle poder a los ciudadanos. El proceso educativo viene después. Es como cuando las mujeres, o los negros, o los indios, o los esclavos,  no votaban. Quienes no querían eso, decían que no estaban preparados. Había que educarlos primero. Totalmente errado. Así que seguimos en esta lucha por la democratización, empoderamiento ciudadano, soberano, tan necesaria en Venezuela. Como un proceso verdadero constituyente originario. Otra cosa es que los ciudadanos tienen derecho a juzgar a sus políticos.  Como los consumidores tienen derecho a jugar, evaluar, a los productos del mercado. Si un carro es bueno. Si un restaurante es malo. Si un enlatado tiene productos tóxicos, etc. El Movimiento Libertadores es una plataforma que promueve eso, en un país donde hablar mal o bien de los políticos, está como prohibido. 

Es un tema tabú. Si se habla mal, se quejan los partidos o políticos, “porque un tribunal no ha decidido que hay corrupción”. Si se habla bien, se quejan algunos partidos o políticos, porque los competidores se ven afectados negativamente. Les hemos dicho a los partidos que los ciudadanos tienen perfecto derecho de evaluar su desempeño. Aunque no se sepa si son corruptos o no. Como se hace en gerencia de negocios. Seguiremos en eso de promover el empoderamiento ciudadano, ante la  partidocracia que ha imperado a favor de la cleptocracia, el poder del cartel de mafias caza-renta que nos ha dominado por demasiado tiempo ya. Y pretendemos extendernos y ser una especie de sombrilla de la sociedad civil independiente de partidos políticos en sus organizaciones naturales de sectores (incluyendo gremios, etc) y comunidades y regiones. Para seguir siendo un CNE fáctico y una suerte de asociación de consumidores del mercado político para evaluar no solo en unas elecciones mediante el voto, sino día a día a los políticos y partidos políticos. Además de eso estamos promoviendo en este momento es una plataforma política, un pacto similar al de Punto Fijo, por la necesidad que tenemos en este momento y porque la sociedad civil independiente también debe participar en política, pero no como partidos, como se explica en el documento del Pacto Republicano. Una alianza que agrupe a la sociedad civil independiente a los partidos políticos, los militares en rebelión y la comunidad internacional. Que tengan las estrategia del coraje frente a Maduro, pero también frente al caza-rentismo.

P:
Si un futuro presidente o presidenta lo llamará a formar parte de su gabinete, ¿regresaría a la vida ministerial?

R: Agradecería la deferencia, y declinaría. Preferiría seguir en el Movimiento Libertadores, promoviendo el poder ciudadano. Tanto los partidos, como los gobiernos, tienden a pedirles el apoyo a la gente. Pedirles el poder y quitarles el poder luego de eso. Personalmente creo que lo que hace falta es darle el poder a la gente y servirles. A eso me quiero dedicar. Además de mi trabajo privado que me da sustento a mí y a mi familia.

Rogelio Guevara Cantillo
@rogeliogc4
Junio de 2019